Introducción
La actividad del Diseño Gráfico, como tantas otras muchas surgió cuando el hombre tuvo necesidad de comunicarse y de expresar sus necesidades primarias de supervivencia, se puede decir que el Diseño Gráfico apareció con el desarrollo mismo de la civilización.
Los expertos discrepan sobre las raíces del diseño gráfico. Algunos identifican las pinturas rupestres como ejemplos ancestrales de los signos gráficos; otros reconocen sus formas embrionarias en Egipto, Grecia, México y Roma. Varios autores consideran que el diseño gráfico surge al mismo tiempo que la imprenta. Una corriente apunta a las vanguardias artísticas del inicio de este siglo. Otros, todavía, emplazan al pensamiento contemporáneo, con respecto al diseño gráfico, después de la segunda guerra mundial, como un fenómeno adjunto al fuerte desarrollo industrial y de los medios de comunicación.
Es posible admitir que, en un sentido más amplio, la comunicación visual tiene una historia muy larga. Cuando el hombre primitivo buscaba alimento y encontraba una huella de animal impresa en el lodo, en realidad estaba recibiendo un mensaje a través de un signo gráfico.
Sin embargo, a pesar del largo recorrido hacia la actualidad de la comunicación visual, es posible abalizar que el diseño como actividad moderna se constituirá como una demanda de la revolución industrial.
El siglo XV
La palabra renaissance significa “renovación” o resurrección. Originalmente este término se empleó para indicar el periodo que comienza en Italia entre los siglos XIV y XV, cuando resurge la literatura clásica de la antigua Grecia y Roma y se lee nuevamente. Sin embargo, frecuentemente la palabra se usa para abarcar el periodo que marca la transición del mundo medieval al mundo moderno. En la historia del diseño gráfico, el renacimiento de la literatura clásica y el trabajo de los humanistas italianos, están estrechamente ligados con el enfoque innovador del diseño del libro.
El diseño de tipos, los bocetos de páginas, ornamentos, las ilustraciones y aun el diseño total del libro fueron preconcebidos por los impresores y los eruditos italianos. El florecimiento del nuevo enfoque del diseño del libro, independiente del libro alemán ilustrado, se inició en Venecia y continuó allí durante las últimas décadas del siglo XIV.
En Florencia, los ricos Médicis desdeñaron la imprenta por ser inferior a los libros manuscritos, sin embargo, en Venecia (centro de comercio y la puerta de Europa al comercio con las naciones mediterráneas, India y Oriente) se inició el camino del diseño tipográfico del libro italiano. A Johannes de Spira, orfebre de Maguncia, se le otorgó el monopolio de imprenta durante cinco años. En Venecia publicó su primer libro, Epistolae ad familiares de Cicerón, en 1469. Su tipo romano innovador y elegante descartó algunas de las cualidades encontradas en las fuentes de Sweyheym y Pannartz, que él reclamó como un invento original.
En sociedad con su hermano Vindelinus, publicó en 1470, De Civitate Dei, el primer libro tipográfico con los números de las páginas impresos. A la muerte de Johannes, Vindelinus heredó la imprenta más no el derecho exclusivo de imprimir en Venecia.
Nicolás Jonson, proveniente de Francia, quien había sido maestro de la Casa real de Moneda de Tours, era un diestro grabador de troqueles usados para acuñar moneda. Estableció la segunda imprenta de Venecia, inmediatamente después de la muerte de Spira. La fama de Jonson como uno de los diseñadores tipográficos más importantes de la historia y como magnífico grabador de moldes, reside en los tipos usados en De Praeparatione Evangelica de Eusebio, que representa el pleno florecimiento del diseño tipográfico romano.
La GACETA
Con el florecimiento de las ciudades en el s. XVI, las noticias de los descubrimientos y los viajes se amplía la visión del mundo que se tenía hasta ese momento y se produce una demanda de información desconocida hasta entonces que sólo podía cubrir el nuevo sistema de impresión rápida inventado por Gutenberg en 1450: la imprenta. En los años siguientes, el nuevo sistema se extendió rápidamente por toda Europa porque permitía reproducir de forma sencilla los libros que antes eran manuscritos (entre 1450 y 1500 se imprimieron más de 6.000 obras diferentes), así es que del noticierismo manuscrito de los orígenes, se pasó paulatinamente al noticierismo impreso.
Al principio, se hacen publicaciones ocasionales (fueron muy famosas las "hojas volanderas" alemanas conocidas como Newe Zeitung) de cuatro a ocho páginas plegadas, sin cabecera ni anuncios, que se ocupaban cada vez de un único tema. Los más comunes eran las guerras contra los turcos, los viajes, los descubrimientos, la rebelión de Lutero, la división religiosa en Europa, etc. Se vendían en las imprentas, en las librerías o en puestos ambulantes. A lo largo de todo el siglo XVI los "ocasionales" van dando lugar a impresos periódicos que comienzan a ser regulares en el s. XVII que es cuando se considera el comienzo de la historia del periodismo en su sentido estricto, aunque ya se encuentran publicaciones periódicas antes: a parte de los almanaques o los Price currents ingleses que ofrecían información comercial, estaban los anuales y semestrales que resumían las principales noticias del año como los Messrelationen que se vendían en la feria de Frankfurt.
Las hojas informativas tenían gran aceptación por parte del público, lo que las convertía en un medio influyente y, por esta razón, los gobernantes comenzaron a prohibir su distribución y a crear publicaciones oficiales para evitar las críticas a sus gobiernos. Así, llegó el nacimiento y la estabilización de las primeras gacetas semanales en el s. XVII. Las pioneras se encuentran en Alemania y los Países Bajos. En 1609 en Estrasburgo salía un semanal con el nombre genérico de Relation y en Wolfenbütel (Alemania) otro con el de Aviso Relation oder Zeitung. Pero la más importante fue la Gazette, fundada en París en 1631 por Théophraste Renaudot, considerado el primer periodista de la historia.
La Gazette era un semanal, de pequeño formato y con cuatro páginas de noticias breves y sin opinión, próxima al poder y que se vendía principalmente mediante suscripción. París también es cuna de los primeros periódicos literarios y científicos, como Le Journal des Savants (1665), y de la prensa de sociedad (Mercure Galant, 1672). Hasta el s. XVIII no se publicó el primer diario francés, se le llamó Le Journal de París (1777) y salió sólo con cuatro páginas.
En Italia, la imprenta tuvo una implantación algo más tardía. Las primeras gacetas semanales italianas surgen en Florencia y Génova, sobre los años 1636 y 1639, aunque aún persisten La Gazzetta di Mantova (1664) y Gazzetta di Parma (1734) como diarios de información general.
En España, la primera publicación semanal fue la Gaceta de Madrid, también de carácter oficial. Tuvo su origen en el ocasional Gazeta Nueva que apareció en Madrid en 1661 como "Relación o gaceta de algunos particulares así políticos como militares" y que recogía los avisos y noticias relativas a su título. Pronto se convirtió en un órgano de información de carácter oficioso y en 1697 cambió su nombre por el de Gaceta de Madrid.
La proclamación del principio
de libertad de expresión
A lo largo del XVII se imponen grandes restricciones a la prensa mediante concesión de licencias y otras limitaciones relacionadas con la censura civil y religiosa, aunque eso no impide que a principios del XVIII la prensa semanal sea ya un fenómeno generalizado en toda Europa. En estas gacetas aparecen formas rudimentarias de publicidad comercial y son el embrión de publicaciones de carácter literario, satírico y científico muy importantes en los siglos siguientes. Con pequeños matices, el nacimiento de las primeras publicaciones periódicas semanales fue muy similar en toda Europa, salvo en el caso de Gran Bretaña, que merece un especial tratamiento por ser pionera en establecer las primeras normas de regulación y censura, con el famoso decreto de la "Star Chamber" de 1637, y el primer régimen de libertad de prensa tras la revolución de 1688. Se abolió la censura previa y, en 1702 en un clima de gran libertad aunque con restricciones para la crítica al gobierno, se fundó el primer diario del Reino Unido, el Daily Courant.
“advertisement” y las primeras
publicaciones impresas
La Ilustración inglesa influyó en Francia y estableció los cimientos de la Revolución francesa de 1789, de tintes burgueses y favoreció el nacimiento de la Prensa como una nueva fuerza en toda la Europa continental.
En 1777 nació el primer diario francés, Le Journal de París que tenía sólo cuatro páginas. En la capital de la prensa italiana, Milán, apareció el primer periódico literario Il Café. En 1785, John Walter fundó el decano de la prensa inglesa, el Times. Se produjo tal auge de los periódicos, que se crean las primeras formas de verdadero periodismo político, sobre todo en Francia e Italia, donde aparecen los Monitori.
Koening y la prensa de vapor
Friedrich Koenig es un impresor alemán que llegó a Londres alrededor de 1804 e hizo cambios muy decisivos para transformar la imprenta. Presentó sus planos para una máquina de imprimir operada a vapor, a los impresores más importantes de Londres. Finalmente, después de recibir ayuda económica por parte de Thomas Bensley en 1807, Koenig obtuvo la patente para su prensa en marzo de 1810. En abril de 1811 fabricó su primera producción de prueba; 3000 hojas del Annual Register. Esta prensa imprimía 400 hojas por hora, en comparación con la producción de 250 hojas por hora de la prensa manual de Stanhope. La primera prensa mecánica conectada a una máquina de vapor, se diseñó en forma muy parecida a la prensa manual. Otras innovaciones incluyeron un método de entintado de los caracteres por medio de rodillos, en lugar de utilizar las balas de entintar manualmente. El movimiento horizontal de la forma de los tipos en la cama de la máquina y el movimiento del tímpano y la frasqueta era automático.
Esta prensa fue un preludio al perfeccionamiento de la prensa mecánica a vapor con cilindro de tope realizado por Koenig que permitía una operación mucho más rápida. En este diseño la forma tipográfica se encontraba sobre una cama plana que se movía hacia delante u hacia atrás, debajo de un cilindro. Durante la fase de la impresión, el cilindro giraba encima del tipo, transportando la hoja que iba a imprimirse. Esta se detenía, mientras la forma tipográfica se movía por debajo del cilindro para ser entintada por los rodillos. Mientras el cilindro se detenía, el prensista ponía nueva hoja de papel sobre el cilindro.
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